Dar y recibir mimosas

por | Mar 27, 2019 | Esencias | 0 Comentarios

Primavera, es florecer, abrirse, renacer y entregarse al misterio que encierran las delicadas y diminutas flores… Es primavera, ¡Tiene que ser primavera!  Nos lo increpan las miradas, las voces de niñas y niños caminando con pancartas en su Marcha por el Clima. Que nos cuidemos, nos dicen… que les cuidemos y cuidemos lo que hacemos,  de cómo lo hacemos, de lo que heredamos y de lo que sembramos. Porque las semillas que plantemos, serán nuestro alimento y estamos comiendo plástico y desencuentro. Que nos atrevamos a florecer, a dulcificarnos, a conectar, a construir y a contagiar Esencia, nos dicen.  Un compromiso enraizado, que a la vez se alze a volar, a imaginar un lugar, un planeta de cuento.

«…Y hablo de paí­ses y de esperanzas,
Hablo por la vida, hablo por la nada,
Hablo de cambiar ésta nuestra casa,
De cambiarla por cambiar, nomás
Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón…»

 De la canción «Yo vengo a ofrecer mi corazón» Mercedes Sosa

 

 

¡Qué mimosas las flores! siempre me han conmovido las mimosas. Recuerdo a mi abuelo sentado bajo un árbol amarillo, en el que se mezclaba el salado olor del mar y la dulzura tan especial del aroma de estas flores. Hoy me nace haceros un homenaje Mimosas, racimos de mundos amarillos, estallidos de luz, flores símbolo del cuidado atento, delicado, caricias luminosas…

Mimosas

Algo nace, se escucha un murmullo… Primavera es nacer al gran abrazo del Viento. Porque la vida es del viento, es movimiento y entrega. Quizá la dulce brisa, el rugido del huracán, tengan algún propósito digno y bello… ¡Caminemos a favor del Viento! Mirad estas manos que acogen lo recién nacido y lo mecen con una ternura que impacta, con un pulso lento, acompañando el latido de un ser recién llegado.(Vídeo de la matenidad Clinique de la Muette, Francia)

Sobre el nacimiento, sobre cómo nacemos y las consecuencias que de ello se derivan, creo que es muy interesante lo que nos dice el obstetra francés Michel Odent en su libro «Nacimiento y la evolución del Homo Sapìens»:

«Ya desde la revolución neolítica, los distintos medios culturales se fueron inmiscuyendo en el proceso del nacimiento y han contribuido indiscutiblemente a transformar al Homo sapiens.  Los grupos humanos de los que tenemos noticia transmitieron de generación en generación innumerables creencias y rituales que provocaron mayores dificultades en los nacimientos, la separación de las madres de sus recién nacidos y difirieron del inicio de la lactancia materna. Pero nunca, de manera consciente, tuvieron como objetivo transformar al Homo sapiens. Las transformaciones del Homo posteriores a la revolución neolítica fueron debidas a una especie de selección natural entre grupos humanos. Debemos darnos cuenta de que, a partir del momento en que la mayoría de los grupos humanos utilizó el dominio de la naturaleza y de los demás grupos como estrategia de supervivencia, supuso una ventaja desarrollar el potencial humano de agresividad y la capacidad de destruir la vida. En otras palabras, moderar la capacidad de amar, incluyendo el amor por la naturaleza, es decir, el respeto por la Madre Tierra les aportó ventajas. En la medida en que el período perinatal es un periodo crítico en la interacción entre genes y entorno por lo que respecta a desarrollar la capacidad de amar y su opuesto, el potencial de agresividad, interferir en el proceso del nacimiento, concretamente en la tercera fase del parto y en el primer contacto entre la madre y el bebé les resultó provechoso»

Quizá ya no tengamos que nacer llorando… ¿Qué nos esperará?¿Quién nos recibirá? ¿Cómo de bello estará luciendo el mundo y nuestra Casa, la Tierra?. Ojalá que el Sol. el Agua, el Aire, la Tierra se abracen sin herirse. Ojalá que sepamos acompañarlos con cuidado. Ojalá que sea posible construirnos, reconstruirnos, tenernos y tenerlos en cuenta, abrazarnos con cuidado…

Primavera es transformarse, como nos dice Humberto Maturana:

“Pertenecemos a una historia en la cual la relación a través del lenguaje, la aceptación recíproca en la ternura es fundamental. Amar educa… Con esta afirmación quiero hacer referencia a una dinámica fundamental que ocurre en la convivencia, el hecho de que nos transformamos en la convivencia, en el convivir juntos y la emoción fundamental que hace posible esta convivencia armoniosa es el amor y la ternura. Nos transformamos en la convivencia de una manera u otra, según sea ese convivir. Fíjense que hay dichos como: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Nos vamos transformando según con quién andamos, ambos nos transformamos, el adulto, el niño. La Educación es una transformación en la convivencia. El espacio de convivencia debiera ser tal que los niños y niñas crezcan como personas responsables, respetuosas, reflexivas, dignas. El futuro de la humanidad no son las niñas y niños, somos los adultos que les acompañamos. Nosotros somos el futuro de la humanidad: Las niñas y niños se transforman con nosotros. Van a reflexionar, van a mentir, van a decir la verdad, van a estar atentos a lo que ocurre, van a ser tiernos, respetuosos, si nosotros, los mayores, con los que conviven, no hacemos trampa, si somos tiernos…»

Os invito a escuchar esta conferencia de Humberto Maturana completa que se recoge en el blog de Elige Educar

https://eligeeducar.cl/amar-educa-mensajes-humberto-maturana-los-educadores

El presente, ellas y ellos, ya son flores…  Viven en el placer de jugar y de encontrarse, como florecillas cercanas, como racimos de flores. Os traigo «mimosas», estas imágenes que  dicen más que mil palabras. Estos recuerdos de otra flor enflorecida,  La Violeta, pétalo, raíz, mano, abrazo, casa, hogar. Un sellito que llevamos en el corazón todos y todas las que allí nos compartimos…

«El cielo de mi niñez 
tuvo un aroma de albahaca y pan,
un sol de candor bajo el sol.
Mi madre andaba en la luz
de una provincia de eternidad 
y era un regazo el verdor
y era verano el color del amor. 

Allá quedó mi madre y la luz,
pero yo tengo que andar 
cuidando que en la ciudad
crezca la flor.

…El cielo de mi niñez»

De la canción «La Ternura»  MERCEDES SOSA

 

 

¡Feliz primavera!

Foto MIMOSA http://hablemosdeflores.com/flor-de-mimosa/

Comentarios

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Mucha gente pequeña,
en lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas
pueden cambiar el mundo

Eduardo Galeano