Se contagia la risa
El Milagrillo- Nº 1 – 28 Febrero 2019
____________Enfermérides
Preocupa el aumento de los casos de alergia e intolerancia a “La Latosa” y la aparición de nuevas enfermedades contagiosas, como “La Risa”
Gema “Lalila”. Corresponsable |
Si la persona está demasiado tiempo en contacto con este agente patógeno, acaba metiendo la pata, se aburre y tiene que moverse y pegar un salto. Se le escapa la risa, pero no de alegría, sino de alergia al aburrimiento. Duele todo el cuerpo porque generas anti cuerpos.
Las autoridades “Sa Ni Te Rías”, ante la aparición de alguno de estos síntomas, recomiendan, como primera medida, taparse la boca y la nariz con algo. Y, como segunda, no saben si vacunáte o matáte.
Algunos eligen caminos alternativos, considerados muy peligrosos por los astronautas, tales como acudir a homeópatas o naturópatas,
que ofrecen soluciones tan sencillas que no se entienden.
Esta mañana, en el “Coneso de los imputados”, una niña afectada, casi muerta de la risa, ha dicho:
– “Para esto de los patos y los patógenos lo mejor es utilizar remedios caseros, cobijarse bajo las alitas de Mamápata, tirarse al agua, y “cuacauar” por los lagos… Al menos hasta que se nos pase la fiebre y nos demos cuenta de que somos cisnes.” Contagiado la risa a sus seño rías y seño ríos.
¡Al agua patos!¡Ríanse!
______________Dicen que dicen…
– ¡Uf! Me voy porque estoy hecho polvo
A lo que le sigue una larga retahíla acerca del cansancio que supone tanto jugar
– ¡Uf! Es que estoy con unos polvos…
A lo que su amiga responde:
– ¡Sí! Yo también me voy que estoy llena de polvitos…
Le dice una pequeña cocinera a otra al terminar sus tartas de arena:
– ¡Vamos a dejar las tartas madurar mientras damos un paseo!
Y, tal cual, agarraditas, se van de la mano a pasear.
– ¿Jugamos a que tú eras Campanilla y yo Piterman?
– Esta guitarra está desafilada.
– ¡Qué divertido estar todos juntitos! ¡Esto parece un Junterial!
– ¿Cuántos años tiene tu abuela?
– Cuarenta
– ¡Pues ya está durando, ya…!
Ay que contagiosa es esta enferme-edad que me entró por la nariz e hizo que me diera la risa.
¡Ay, qué risa, tía Felisa!
Es tiempo de valor-ar lo que hacemos, decimos y juzgamos desde nuevas perspectivas, recuperando lo esencial y equilibrando en lo posible cabeza y co–razón.
¡¡Gracias, Gema-Violeta!!
Gracias Mica